jueves, 5 de septiembre de 2013

EL APRENDIZ DE ARQUERIA (Filosofía ZEN)

El Aprendiz de Arqueria
Cuenta la historia, que un joven aprendiz de arquería estaba en la pista de prácticas intentando dar en el blanco, pero en su opinión las condiciones no eran buenas, por lo que no lograba acertar.
-Agghhh! -Rugió de rabia Tao Tseng -En estas condiciones no hay quien acierte! Es imposible!!
Su entrenadora Lin Piu, miró sonriente al muchacho:
-De verdad crees que es imposible Tao Tseng? -y antes de que el aprendiz pudiera responder, agregó -¿Por qué lo crees así?
-Lin Piu, es obvio, creo yo, este cerro no es el mejor lugar para una pista de entrenamiento de arqueros. Aquí el viento es irregular y caprichoso, te despista de tu objetivo. Además hay poca luz, con lo que el blanco se ve mal. La diana está entre los árboles por lo que el movimiento de las ramas distrae mucho.
Ah! -agregó suspirando-y la diana no esta recta del todo, sino que esta un poco torcida a la derecha, eso hace que una flecha que le diese pudiera fallar el blanco. Si alguien lo corrigiese, entonces si podría dar en la diana. Si no es imposible!! ¿A quién se le ocurrió poner esta pista aquí? Sin duda no sabia mucho de arquería!!
Lin Piu rió dulcemente:
-¿De verdad crees que quien puso esto aquí no sabia nada de Arquería? -preguntó casi como para si misma-. Pues quizás tengas algo de razón, pero sin duda sabia mucho del corazón humano.
Y acto seguido Lin Piu arrebató el gran arco de las manos del sorprendido joven y tomando una de las flechas clavadas en el suelo delante de él, la tensó y apuntó con una rapidez y destreza sin igual. Todo tardó menos de lo que Tao Tseng podía usar en tomar aire, y entonces la flecha ya estaba ahí, perfecta, precisa, en el justo centro de su diana, tal y como si siempre hubiera pertenecido a ese lugar.
-¿Te das cuenta ahora Tao Tseng? -dijo la entrenadora- Los fallos exteriores no Importan, las circunstancias son irrelevantes, solo lo que hay en interior importa.
Tao Tseng se quedó maravillado
-¿Qué quieres decir? -balbuceo finalmente.
-Pues simplemente que todas esas cosas que me has dicho no importan. -dijo Lin Piu sonriendo con picardía.
-¿Cómo que no importan? -se rebeló Tao Tseng- ¡Todo lo que yo he dicho son problemas gravísimos y reales que existen! ¿Acaso no sabes mirar a tu alrededor y verlos? -dijo ofendido y con su amor propio tocado.
-¡Claro que los veo! -Contestó la Maestra en Arquería divertida- ¡Esos y más! Hay muchos otros “problemas” en esta pista.
-¿Me estas diciendo que conoces todos los fallos? -pregunto con sencillez.
La mujer, viendo la total sinceridad en los ojos del joven, respondió en el mismo tono franco que él.
-Todos... o casi todos -sonrió- aunque siempre hay algún aprendiz que me indica uno nuevo. ¡No se cómo son capaces de dispersarse tanto, de esperar tanto!
-¿De Esperar? ¿De Dispersarse? ¿Que significa todo eso? -pregunto intrigado.
-Está todo relacionado -explicó ella- cuando la gente espera que las cosas sean de cierta forma, y no lo son, dispersa su concentración y sus energías en centrar inútilmente sus pensamientos en todos los fallos que no le gustan, y el desagrado que le crean, esa dispersión de sus recursos internos, les hace fracasar.
-No entiendo bien lo que me dices -farfullo finalmente Tao Tseng-¿Qué quiere decir "Esperar"?
La mujer dudo unos momentos antes de contestar.
-¿Quién decide si una persona Triunfa o no? -Preguntó finalmente la entrenadora.
Tao Tseng dudó durante unos momentos, su mente le decía varias cosas contradictorias, pero su naturaleza era de arquero, así que acalló sus pensamientos y se centró totalmente en escuchar a su corazón.
-Ella misma -dijo el joven al final-. Solo una persona decide si triunfa o no.- ¿Cómo podría ser de otro modo?
Lin Piu aplaudió la sabiduría y el acierto del joven.
Pocos eran tan sabios e inteligentes como para dar una respuesta tan precisa y verdadera!
-¡Así es! -dijo contenta y agregó- por lo tanto ¿Quién decide pues si tú triunfas y das en la diana o no?
-Yo mismo -contestó el Joven arquero
La mujer sabía mucho más sobre el corazón humano de lo que nadie habría considerado "cómodo" estando en su presencia, así que el aprendiz no pudo evitar temblar cuando Lin Piu sencillamente le dijo.
-¿No te sientes ahora mismo como si hubieras caído en una trampa?
-Ciertamente si -contestó balbuceando él.
-Esta, mi joven amigo, es la "Trampa de la Vida".
-La Trampa de la Vida -repitió él- Fascinante... ¿Qué quieres decir exactamente con eso?

-Es más sencillo de lo que parece -dijo ella- de pequeños se nos explica que la vida es dura, y es cierto, no sabes cuanto lo es! -explicó ella seria y feliz al mismo tiempo.
La vida es inmensamente dura porque nos ha dado a todos y cada uno de nosotros la mayor de las cargas, la carga de la "Responsabilidad de Nuestras Propias Vidas".
-Cuando a la gente le dicen que la vida es dura, se echan a temblar y a pensar que las mayores desgracias se abatirán sobre ellos, no se dan cuenta de que la dureza de la vida es algo aun mayor que todo eso, es la Responsabilidad.
El saber dentro de nosotros que en realidad, y después de apartar todas las telarañas de excusas que queramos poner para no poder ver lo que es cierto, solo existe una verdad, y es... Que cada Persona, es la única que decide si Triunfa... o no.
Tao Tseng preguntó:
-¿Quieres decir que el éxito en la vida es una cuestión de Decisión y Responsabilidad?
-Así es, mi pequeño amigo. Fíjate en el tamaño de esta verdad y comprenderás por qué, en su inmensidad, aun las más grandes culturas sólo pudieron aceptar y comprender pequeñas partes de su totalidad.
-Así pues, dado que solo tú decides si aciertas o no aciertas en la diana, eso quiere decir que Las Circunstancias son Irrelevantes! ¿Te das cuenta de eso?
Tao Tseng dudó antes de contestar.
-Si eso que me dices es cierto... entonces ¿tu acertaste en la diana porque decidiste hacerlo así, verdad?
-Así es -contestó ella
-Pero eso también quiere decir que yo fracasé, no le di a la diana, porque así lo decidí y no por el viento, las sombras o las flechas mal construidas -dijo torciendo la cara en una mueca de disgusto.
-Así es -confirmo la chica- Pero... ¿Por qué lo hiciste?
Tao Tseng no lo sabía, así que intentó descubrir por qué.
-Te ayudaré -dijo la joven-
El Problema no está en tus pensamientos conscientes, sino en esa parte de tu mente que trabaja sin que tú seas consciente de que lo hace, como cuando respiras, haces que tu corazón lata. La cuestión es que tú tienes una costumbre que todos tenemos, y es la de hacer Juicios y Prejuicios.
Los Prejuicios son opiniones sobre lo que deberían ser las cosas antes de tener datos suficientes para tomar una opinión bien fundamentada.
Pues bien, cuando tú entraste en la zona de prácticas, te habías creado en tu mente una idea de como seria todo. Tú "esperabas" que todo fuese de cierta manera... pero resultó que las cosas no eran tal y como esperabas.
Así que acto seguido te pusiste a identificar como "malo" todo lo que no coincidía con tu opinión de como deberían ser las cosas y lo marcabas mentalmente como un "error" que debería ser corregido.
¿Por qué?... Sencillamente porque tú querías que las cosas fueran tal y como tú te las imaginabas, como esperabas que fueran.
Así que ese descontento que tenias dentro de ti identificó un montón de errores y emitió un Juicio, un Juicio del que quizás no fuiste consciente de ello más que con un simple sentimiento interno, un pensamiento tan rápido que no puedes identificar con palabras, sino con un movimiento rápido de la mente, una sensación de disgusto, quizás como un malestar escondido en un músculo, fuera como fuera, ese Juicio era "Esta Arquería está mal, nadie puede aprender aquí"
Tú, al "esperar" que las cosas fueran de una manera, y al ver que eran de otra, te NEGASTE A ACEPTAR como son en realidad. Esa negativa provocó ese Juicio en tu Interior. Y ese Juicio creo una DECISION interna. La Decisión de Fracasar, de errar el tiro, para demostrarte internamente que tu Juicio era el correcto, y quizás hasta llamar la atención sobre los demás para que corrigieran todos los errores.
¿Te das cuenta ahora de que todo sucedió en tu interior tal y como te digo?
Tao Tseng asintió avergonzado.
Pero no te preocupes mi amigo, esto ocurre en el interior de todas las personas y normalmente este proceso es el causante de todos los fracasos, simplemente la persona se convence de que las situaciones que le rodean sólo le pueden conducir al fracaso, y entonces internamente decide que va ha Fracasar.
Después, hace inconscientemente todo lo que está en su mano para hacerse fracasar a si misma, pues -sonrió-necesita saber que tenia razón.
-En cierta ocasión -comentó el joven tímidamente- escuché a dos Maestros arqueros hablando de términos parecidos... y lo llamaron...¿Cómo era? Ah, si! ENTUSIASMO!
-Exacto! -Exclamó complacida la entrenadora-
El Entusiasmo no es otra cosa que como te hablas a ti mismo, el como te relacionas contigo mismo en tu interior, el como funcionan tus pensamientos para formar las decisiones oportunas.
Los que se hablan mal a si mismos, marcando los "errores" y los "fallos", sin duda lo que están haciendo es convenciéndose a si mismos de que tienen que Fracasar, y entonces se hacen Fracasar. Se frenan a si mismos con sus palabras al causarse decisiones negativas para si mismos.
-Pero -añadió el muchacho aún a riesgo de ser improcedente- esos errores realmente existían. ¿Acaso si los dejo de ver no estaré errando en mi apreciación? ¿No estaré faltando a la realidad?
Las carcajadas de la mujer jamás podían haber sido mayores.
-Esa es la excusa mas vieja de los fracasados mi joven amigo -al verlo ofendido añadió- perdona, no quería ofenderte, sin duda tú tienes talento de arquero, pero alguien en el pasado te metió esa idea, digna de un fracasado, en tu hermosa cabecita. En seguida comprenderás lo que quiero decirte.
Imagínate que estás en un camino en medio del bosque, llamemos a ese camino "Vida", es de noche, esta oscuro y supongamos que enciendes una vela entre tus manos. ¿Qué ocurrirá?
-Que se creara una luz, y podré ver mejor -respondió el joven.
-¿Seguro? -sonrió la Entrenadora-¿Sólo generarás una luz?
-Yo creo que si -dijo el joven.
Lin Piu le condujo hasta el almacén de los arcos, una vez dentro cerró todas las ventanas con sus postigos y trancó la puerta creando una oscuridad casi absoluta.
-Ahora Tao Tseng, enciende esta vela.
El muchacho así lo hizo, aunque no fue fácil en la oscuridad. En cuanto pudo encenderla, comprendió lo que la mujer había querido expresarle.
-Ahora lo veo -dijo al fin- la vela genera luz, pero al generar esa luz, también estoy causando sombras.
-La vida es "dura" -sonrió ella- con cada vela no solo creamos una luz, sino que también generamos sombras, eso es así por definición, es la pura y dura realidad. Ahora imagínate que estás en tu camino de la "vida" y que decides encender esta vela. Bien, ahora tienes una luz que te puede iluminar el camino. Si usas esa luz, podrás llegar al final de tu camino con éxito. Pero... ¿qué ocurriría si te fijaras en las Sombras? ¿Qué verías?
-Supongo que Oscuridad -dijo el joven
-Así es, y ¿qué ocurre si cuando estas caminando vas mirando la oscuridad?
-Pues que veré Sombras y Oscuridad... es decir, que no veré... y si no veo... -pensó dubitativo- tropezare y caeré.
-Así es: Si te fijas en las sombras de la vela, Fracasarás.
-Así pues -dijo al fin Tao Tseng- Para triunfar he de ignorar las sombras, y fijarme en la Luz, y usar la luz que tengo para alcanzar el éxito en mi vida. ¿Verdad?
-Así es -dijo orgullosa la Maestra de su aventajado discípulo- Así es mi arquero. Un arquero se fija en la Luz, mientras que los fracasados, se centran en las sombras. Por eso mientras los arqueros alcanzan el éxito y obtienen todo lo que desean en la vida... los fracasados se dan con las espinillas contra las duras rocas y se comen el barro mezclado con la furia y la rabia de su fracaso.
El joven meditó durante mucho tiempo sobre estas palabras.
-Pero yo sé de personas que han fracasado en sus vidas y que no son malas personas, sino buenas. ¿Por qué les ocurre esto?
-No amigo mío -dijo Lin Piu maternal- son sólo personas que no han tomado la decisión de controlar sus vidas.
Pero esa también es una decisión, la decisión de que otros controlen tu vida, y eso es algo que suele conducir al fracaso, pues... ¿A dónde puede conducir la irresponsabilidad?
El éxito no llega por casualidad, hay que decidir alcanzarlo y aplicar esa decisión con nuestro trabajo para triunfar.
Tao Tseng estaba ansioso por saber más sobre este tema, pues sentía que era una revelación suprema para él, sus intereses y su vida. Pero la información y la revelación estaban siendo tan enormes, que decidió guardar silencio para meditarlo. Lin Piu era Paciente, y mientras el joven aceptaba el control de su vida e internalizaba el secreto del éxito, ella decidió disfrutar del momento y fue feliz simplemente mirando como se ponía el sol.

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