Estimados Señores Empresarios:
Lamento decirles que si no cambian su forma de pensar, nosotros vamos a ganar y ustedes van a perder. No hay mucho que puedan hacer, porque para ello primero tienen que cambiar, puesto que la razón de su fracaso está en ustedes mismos.
Sus empresas están construidas bajo el modelo de Taylor, peor aún: también sus mentalidades. Los líderes piensan, mientras que a los trabajadores sólo se les permite utilizar herramientas, y lo peor es que ustedes están convencidos de que ésta es la mejor forma de conducir una empresa.
Para ustedes, la esencia de la administración de empresas consiste en sacar las ideas que los ejecutivos tienen en su mente y ordenan a los trabajadores que las ejecuten.
Nosotros hemos dejado atrás el modelo de Taylor. Hemos aprendido que los negocios son más complejos y difíciles, y las compañías luchan diariamente por sobrevivir en un ambiente peligroso y sin ninguna predicción valedera, competitivo y rodeado de riesgos; su continua existencia depende de la movilización diaria del último gramo de inteligencia humana disponible en la empresa.
Para nosotros, el corazón de la administración es precisamente el arte de movilizar y empujar todos juntos los recursos intelectuales de los empleados al servicio de la compañía. Por eso los escuchamos constantemente y lo que nos dicen lo aplicamos en nuestras decisiones.
Como hemos medido mejor que ustedes la magnitud de la nueva tecnología y de los riesgos económicos, sabemos que la inteligencia de un pequeño grupo de tecnócratas, no importa cuán brillantes e inteligentes sean, no es suficiente para lograr el éxito deseado. Sólo si se combina el poder mental de todos los empleados, la empresa será capaz de enfrentarse con las turbulencias y contracciones del actual ambiente.
De ahí que nuestras grandes empresas dedican tres y cuatro veces más tiempo y capital que ustedes al entrenamiento: En consecuencia, podemos desarrollar continuamente un intensivo intercambio de ideas y comunicaciones; por ello, constantemente buscamos las sugerencias de todos y estamos en la demanda de un gran número de graduados en nuestro sistema educacional, así como individuos completamente educados en sistemas generales, por cuanto todos son piedras angulares de la industria.
Sus ejecutivos tratan de ser humanistas y, llenos de buenas intenciones sociales, creen que su principal tarea consiste en proteger a los empleados. En cambio nosotros somos más realistas y consideramos nuestro deber es que todos los empleados defiendan su empresa, la cual les pagará con creces su dedicación. De esta forma, terminamos por tener más sentido social que ustedes.
Konosuke Matsushita.
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